Desansiedad p.2
NOTA DE LA AUTORA Qué vértigo da compartirse. DESAHOGO PRIMERO, 2ª parte Fue también a raíz de esa relación tóxica que comencé a buscar a mi padre. Me di cuenta de que necesitaba cerrar ese asunto. Sentía que, al irse, me había robado la posibilidad de conocer a mi familia. Es decir, la rama de parte del padre. Y que no quería morirme sin verles. También quería intentar entender a mi padre, pisar la tierra que él había pisado, sentir lo que había sentido, ir a su pueblo, encontrar la casa familiar donde él había crecido, y preguntar. El problema era que él venía de Egipto y, como se fue, yo nunca he tenido ninguna relación con ese país más allá de lo que cualquiera podría conocer buscando en Google y de lo que se nombra de Egipto por su inmenso patrimonio. Además, ¿cómo narices iba a encontrarle?, ¿con qué datos? Bueno, fue un trabajo duro pero, gracias a esta historia, que es bastante mágica y daría en sí para un libro, conocí a una de mis mejores amigas y tres años después...